SI NO
HAY OBJETIVOS CLAROS NO HAY METAS
Una de las cosas más importantes
que debemos de hacer cuando decidimos emprender o bien cuando nuestro negocio
está en marcha es definir y esclarecer nuestros objetivos, “si
no hay objetivo no hay meta”. Muchas
personas de negocios e incluso directores dicen tener objetivos bien definidos
pero en el corto plazo van cambiándolos o peor aún se pierden ellos. No hay
nada malo en ir adoptando nuevos objetivos para alcanzar una meta pero lo que
si puede ser una amenaza para lograr nuestras metas es olvidarnos de nuestros
objetivos y cambiar constantemente nuestras tácticas para alcanzarlas pues
perderemos tiempo, dinero y esfuerzos.
Para definir y fijar un
objetivo claro podemos hacer un ejercicio muy bueno comenzando con nosotros
mismos, preguntarnos lo que va a ser de nuestra vida dentro de diez años, ponernos metas
a largo plazo y proyectarlas, visualizarlas y escribirlas, después de
esto, lo que será de nuestra vida en
cinco años, en el corto plazo.
Teniendo en mente nuestras metas nos van a ayudar a establecer nuestros objetivos,
es decir poner lo intangible en tangible, si no lo hacemos así no lograremos
tener nuestra meta. Ejemplo: Si yo quiero emprender un nuevo negocio, debo de
proyectar qué es lo que quiero de ese negocio, que es lo que voy a brindar a los demás, en qué mi servicio
solucionaría algún problema de los demás, en dónde quiero que esté situado,
etc.
Alimentar la mente con los
objetivos, proyectarse y visualizarlo (sentirse en ese negocio, los muebles,
olores, espacio, etc.) Fijar este objetivo en nuestra mente en un tiempo de
cinco a diez años, de corto a largo plazo.
Ya tengo mi objetivo establecido
dentro de diez años ahora voy a los cinco años, después a los de dos años y
medio, después al año, a los seis meses y a los tres meses, a un mes y medio y
a un mes. Ahora pongamos el objetivo a quince días y a una semana, luego a diario.
Ya tengo un objetivo dentro de mi cerebro. Estoy convirtiendo mi objetivo de
intangible a tangible porque lo reduje a una meta para el día de hoy y que
pueda lograr mi meta fijada dentro de diez o cinco años, desde hoy empiezo a
construir, cuanto voy a trabajar para invertir en construir mi negocio propio. Si
quiero un resultado a futuro, lo voy a comenzar a trabajar desde el día de hoy,
pues así podré materializar la meta. “Un objetivo y una meta sirven para determinar la acción
de hoy y obtener el resultado de mañana, definir un objetivo claro es toda una
estrategia.”
Si no tenemos una meta no
sabemos a dónde vamos, “el que no sabe
a donde va es como el que no ve”. Preguntémonos cuál es nuestra
meta del día de hoy: ¿Qué debemos de hacer hoy para lograr tener nuestro negocio?...Establecer
lo que voy a invertir en mi negocio con el paso del tiempo, quizás esta
inversión no la veamos porque no estamos acostumbrados a invertir en nosotros
mismos y en nuestros negocios ya que no vemos los resultados inmediatamente,
sin embargo esto es una educación, pero no la vemos así porque no estamos
acostumbrados. “Pregúntate si lo que estás haciendo hoy te
acerca al lugar en el que quieres estar mañana.”
¿Cómo nos podemos vender?...A través de conceptos. Jesucristo fue el
vendedor más grande del mundo, vendió un concepto a través de las generaciones
y dejó un gran legado, es considerado la mente más poderosa que ha existido, muy
independiente a nuestras creencias religiosas y espirituales.
No solo se trata de definir
nuestros objetivos y proyectarlos, tenemos que hacer las cosas una y otra vez a
través de prueba y error una y otra vez y a través de esto viene el acierto, pues aprendemos de los
errores, nuestros errores son nuestros aciertos en nuestra marcha de trabajar para
el objetivo.
¿Te has proyectado en el mismo
trabajo de aquí a cinco años haciendo las mismas cosas?...O bien truncándolas, no llevándolas a la práctica
por pensar que no lo vas a hacer con el pensamiento de: “Qué tal si no funciona
y no tengo el éxito”, mientras que otros si lo tuvieron. ¿Te
sentirías el día de mañana avergonzado por no haber tenido el valor de hacer
realidad tus sueños porque no quisiste prepararte o simplemente no te atreviste
hacer una vida exitosa y buena dominado por emociones negativas y temores?...Si
contestas a esto que sí es porque seguramente en algún momento de la vida has
sentido que truncaste tus sueños y los motivos detrás han sido muchos. Todos
hemos vivido éstas situaciones, dudaría mucho de quien dijera que no ha pasado
por esto.
Se lo que quiero pero ¿Cómo lo obtengo?...
Después de que tenemos
nuestras metas claras y definidas es necesario practicar el trabajo de
vendernos con nuestras propias familias, pues ellos nos conocen con nuestras virtudes
y defectos, seguramente dirán que no comprarán nuestra idea o concepto, pero
esto no es tan malo pues será un reto convencer a los clientes más difíciles: “la
familia” y cuando finalmente nos acerquemos a nuestros clientes y prospectos
van a creer en nosotros y terminarán por convencerse de lo que les ofrecemos
pues transmitiremos nuestra confianza, ejemplo y servicio. Nos
vendemos a diario, no solo como emprendedores o empresarios,
también como pareja, hijos, padres, etc. Si alguno de ellos no se siente feliz y
comprendido por nosotros comenzarán a alejarse, lo mismo pasará con nuestros
clientes, debemos de ofrecerles lo que ellos buscan y esperan de nosotros para
que sigan a nuestro lado.
¿Te has preguntado por qué en las empresas hay
personas con el mismo trabajo, plan, producto, horario pero unos crecen y otros
no?...Esto se da por la
preparación, estudio y esfuerzo que cada persona pone dentro de su empresa, de
no ser así no vamos a tener resultados y nos truncamos a nosotros mismos. Un
objetivo definido y claro nos generará un buen resultado.
Debemos prepararnos para lo
que deseamos vender, ya sea una ilusión o un sueño, pero si no tenemos ese
sueño no lo podremos transmitir. Vender lo que conocemos, conocer el producto
y/o servicio muy bien. Es mucho mejor decir que no sabemos cuándo alguien nos
pide o pregunta algo acerca de nuestra oferta en vez de decir que lo que
ofrecemos es lo que buscan con tal de ganar al cliente, si lo hacemos así
nuestro cliente y/o prospecto lo apreciará y agradecerá mucho. Es válido decir:
“Permíteme, déjame lo consulto o bien podría ofrecerte esto en lugar de eso que
buscas”, nunca debemos de ofrecer un servicio del que no tenemos un completo
conocimiento.
"EL PRECIO DE LA TRANSFORMACIÓN"
El precio de la
transformación es doloroso y costoso. Un buen ejemplo es la oruga que se
convierte en mariposa…”Si no te transformas
no vas a volar.” Lo que paga la oruga para poder volar es el
precio de la transformación.
“El precio de la transformación
es duro, vas a tener que dejar tu zona de confort, enfrentar luchas y vientos
en contra, fijarte metas, tener que trabajar con tus peores enemigos, vas a
hacer muchas cosas que no te gustan pero que son necesarias para alcanzar tus
metas”.
Lo que queramos desempeñar
hay que llevarlo a la práctica, de nada sirve leer cien libros sin llevar a la
práctica el conocimiento. ¡Si el día de mañana practicas lo que estás leyendo
ahorita vas a tener resultados, te lo aseguro! Además de escribir tus metas a
corto, mediano y largo plazo, proyectarlas y visualizarlas. Para empezar a
lograr nuestros objetivos no es necesario que trabajemos ocho horas o más en
ellos, con solo trabajar dos horas diarias para comenzar a construir nuestros
objetivos será un tiempo suficiente para lograr lo que deseamos.
Estamos acostumbrados a que nos
ordenen y a pedir autorización cuando queremos comprar algo, pese a que no nos
gusta que nos ordenen y que nos digan q hacer. Esto es lo que debemos de hacer
cuando intentamos vender nuestra idea o concepto. Cuando nos aferramos a pedir
un minuto del tiempo de otra persona o a bombardearla con e-mails, acabamos por
molestar más, es mejor detectar las necesidades y motivaciones de las
personas, ofrecerles una solución a sus problemas y además tener una gran
inteligencia emocional para no frustrarse con facilidad.
“Comparto mis errores y mis
fracasos y de lo que aprendo de ellos para que puedas llegar a tus objetivos”, quizás uno de ellos sea vender,
promoverte, posicionarse, comunicar o emprender. Si siempre decimos que hemos
tenido éxito es una manera de engañarnos porque siempre hemos tenido
innumerable cantidad de fracasos. “Los fracasos
siempre nos llevarán al éxito”. Si
no tenemos pasión por lo que hacemos es mejor retirarnos o cambiar lo que
estamos haciendo. Pues “dejar de hacer
las cosas que hacemos con pasión es comenzar a morir.”
Si nosotros nos entusiasmamos
como niños tendríamos otra calidad de vida, con nuestra capacidad de
pensamiento y la experiencia de vida que tenemos, sería algo grandioso, pero
ponemos muchos peros y barreras para dar soluciones. Cuando un niño invita a
jugar a otro niño siempre aceptará ir a jugar aunque no sepa de qué se trate el
juego, el niño siempre reacciona entusiasmado y emocionado, por el contrario
nosotros como adultos cuestionaríamos a otro adulto que recibiríamos a cambio
por ir a jugar. Permitámonos ser niños nuevamente y tomar riesgos, darnos siempre
sin recibir nada a cambio, pues estas son las experiencias más gratificantes,
el poder ayudar a los demás aunque no obtengamos nada de ellos, pues de estas
experiencias son de las más aprendemos y recibimos aunque no sea un beneficio
económico, este último beneficio viene como resultado de ayudar a otros
desinteresadamente y hacer las cosas que más me apasionan. “Comienza
a hacer el trabajo que más te apasiona y dejarás de trabajar.”
Los problemas en nuestra vida
nunca van a terminar, son como los topes de la carretera, solo debemos de
convertirlos en retos. Si vamos con la gente a plantear “un reto” a “un
problema” las cosas cambian, si le decimos a alguien: “Te
tengo un reto” cambia mucho a si le dijéramos: “Te tengo un problema.” Y eso da un
resultado, si vemos los problemas como problemas no los vamos a resolver.
Nosotros somos lo que pensamos, si pensamos en problemas seguirán y se
convertirán en más grandes, pero si son retos pensaremos en las soluciones. “No te preocupes ocúpate.”
Cuando nos cerramos a los
sabios consejos de los demás y a las cosas que nos dicen que estamos mal,
estamos cerrando puertas a nuestro proceso de transformación y evolución. “No hay peor ciego que aquél que no quiere ver.” “Si
somos severos con nosotros mismos la vida puede ser muy placentera”. Si nos levantamos temprano a diario, nos auto
imponemos un horario, trabajamos en base a nuestros objetivos, estudiamos, tenemos
entusiasmo, hacemos caso a los consejos de gente con más experiencia que nosotros,
a la gente que tiene buena vibra, a la gente positiva, en realidad estaríamos
derrumbando todo tipo de obstáculos a nuestro alrededor. Es mejor alejarse de
la gente negativa y de toda aquella que nos dice que no vamos a poder y que de
alguna forma bajan nuestra autoestima y confianza en nosotros mismos, seamos positivos
pese a las negativas de los demás. “Cuando nuestros
objetivos están claros, las palabras que nos puedan dañar están de más.”
No valen de nada sesenta mil
ideas aproximadas que todos los seres humanos tenemos en un día y que no
llevemos ninguna a la práctica, no valen las ideas mientras uno no les de valor,
“vale más una idea a la que le demos toda nuestra energía
y acción para dar un resultado, no llevemos muchas, pues una sola idea bien
trabajada nos llevará al éxito”. La vida puede ser muy placentera
si nos proyectamos a diez años, cinco, tres y a uno y que además pongamos todo
nuestro conocimiento en práctica. Pero si somos placenteros con nosotros mismos
la vida va a ser muy severa y vamos a seguir en el mismo lugar, lo más cruel es
ser placentero con uno mismo. Está en nuestras manos transformar nuestra vida
en placentera o cruel.
Me encantaría conocer tu
opinión sobre éste artículo y compártelo si te gustó ;)
¿Necesitas apoyo para
esclarecer tus objetivos como emprendedor?...Será un placer ayudarte…Escríbeme ;)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario